
Al único que le va bien el retraso del inicio del Mundial de MotoGP es al equipo oficial Repsol Honda, porque la nueva moto RC 213V 2020 no ha sido competitiva, incluso ni para el octacampeón Marc Márquez, que es un piloto que tiene la habilidad de adaptarse a todo.
Y el motivo por el que este parón del Mundial beneficia al equipo de los hermanos Márquez no es otro que, al no haberse disputado la primera carrera, la organización no ha dado la orden de bloquear el motor y, por este motivo, el este equipo que cuenta con un motor japonés Honda, pueden seguir trabajando para hacer modificaciones e intentar mejorarlo hasta que se corra la primera carrera.
Este año Marc Márquez habría tenido más difícil ganar el mundial porque habría tenido una moto no tan competitiva como la de años anteriores. En concreto, la actuación del piloto español en los tests que se disputaron en febrero en los circuitos de Sepang y Losail, fue bastante discreta, con una posición que de media fue la cuarta.
Asimismo, Marc se cayó en la pretemporada y estaba pendiente de una operación que le hubiera impedido competir en la primera prueba que se habría disputado en Qatar.
Por su parte, el segundo piloto de la escudería oficial Honda, el actual campeón de moto2 de 2019 con un moto Triumph, Alex Márquez, hermano de Marc, ha tenido unos resultados decepcionantes en los mismos tests de la pretemporada pues quedó clasificado en las últimas posiciones.
Por su parte, las motos satélites LCR Honda Castrol Idemitsu de Lucio Cecinello, podrán también mejorar su motor mientras no comience el Mundial. En concreto, el inglés Cal Crutchlow probablemente dispondrá de un motor de 2019 con piezas del RC 213V 2020 y el japonés Takaaki Nakagami seguramente pilotará una moto con un motor Honda de 2019, y en este caso no esperamos una mejora pero tampoco sufrirá los posibles defectos no solucionados de la de 2020.
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